La cédula de habitabilidad es un documento primordial para poder vivir en un domicilio. Sin embargo, y pese a su importancia, muchas personas continúan sin saber en qué consiste. ¿Te has preguntado si tu vivienda cuenta con esta acreditación? En este artículo, te proporcionamos una guía completa para que puedas tener toda la información necesaria.
¿Qué es la cédula de habitabilidad?
Se trata de un documento que certifica que una vivienda reúne unos requisitos mínimos para ser habitada. En este sentido, se exigen ciertas condiciones desde el punto de vista higiénico, sanitario y técnico. Su objetivo es garantizar que un domicilio resulta seguro para vivir, tanto en sus infraestructuras internas como en las externas.
Por lo general, esta cédula resulta obligatoria para todas las viviendas. No obstante, en el caso de las de nueva construcción, se exige una licencia de nueva ocupación. El motivo es que cualquier proyecto de edificación se ha efectuado siguiendo unos criterios mínimos de seguridad y salubridad. Por tanto, esta es una alternativa reconocida por la normativa actual.
Este tipo de documento es gestionado legislativamente por las comunidades autónomas. Sin embargo, es el Ministerio de Fomento el que determina los dos criterios primordiales que debe cumplir una vivienda para obtenerlo:
- Superficie útil suficiente como para residir.
- Equipamientos que permitan llevar una vida digna.
Más allá de estos, las autoridades autonómicas pueden imponer otras características más. Incluso es posible que se solicite una altura mínima en ciertas habitaciones, un número de estancias mínimo o cierta distribución del espacio.
Por otro lado, hay ayuntamientos que solo piden una declaración responsable como sustitución de la cédula. Sin embargo, y como veremos después, esta es fundamental para numerosas operaciones inmobiliarias.
¿Qué tipos hay?
La legislación actual y la clasificación del Ministerio de Fomento establecen tres tipos principales. Estos se distinguen en función de la situación que presente el inmueble en el momento de su expedición. Como verás después, cada uno determina la vigencia que posee el certificado, así que te aconsejamos que consultes cuál es el tuyo:
- Cédula de primera ocupación: la concede el ayuntamiento al promotor de la vivienda al momento de finalizar la obra y formalizar la conclusión del proyecto.
- Cédula de primera ocupación por rehabilitación: cuando una vivienda haya sido objeto de una reforma integral o de gran volumen, se entregará este certificado.
- Cédula de segunda ocupación: en el caso de inmuebles que han sido edificados y en los que ya han habitado otras personas con anterioridad.
¿Para qué sirve?
El primer uso que se le da a este documento es cuando una persona (o una familia) pasa a residir en la vivienda. Como paso previo, deben comprobar que esta dispone de la correspondiente acreditación. De todos modos, el aspecto visual y funcional de una casa suele ser indicador, por lo que muchas personas no efectúan esta verificación.
Más allá de lo anterior, hay cuatro situaciones en las que resulta obligatoria:
- Para contratar una hipoteca antes de adquirir la vivienda.
- Para realizar la venta de la casa (es decir, como paso previo a publicar su anuncio).
- Para contratar los suministros básicos de luz, gas y agua.
- Para alquilar la casa (es vital ante un contrato de arrendamiento).
¿Cómo se obtiene la cédula?
Lo primero que debes hacer es solicitar a un arquitecto (o a un aparejador colegiado) que visite tu vivienda. De este modo, realizará un estudio que le permitirá emitir un certificado. Este debe ser visado por el Colegio de Arquitectos correspondiente, lo que conforma el segundo y último paso.
Generalmente, todo el trámite puede tardar entre uno y tres meses. Como alternativa, puedes consultar si tu ayuntamiento admite la presentación de una declaración responsable. Para ello, lo más recomendable es que acudas a la concejalía de Urbanismo y preguntes directamente, puesto que la situación cambia según el municipio.
¿Hay que renovar la cédula de habitabilidad?
Lo más probable es que, cuando pasaras a residir en tu casa actual, alguien ya hubiera pedido la cédula. De esta manera, la legislación establece quiénes están obligados a llevar a cabo este trámite. Por tu parte, debes saber que este certificado posee una vigencia concreta. Pasada esta, debes solicitar una renovación.
- Cédulas para primera ocupación: las que se otorgaron antes de 2004 tienen una validez de 10 años; las que se concedieron entre 2004 y 2012, 15 años; las que se proporcionaron más allá de 2012, 25 años.
- Cédulas de segunda ocupación y rehabilitación: su vigencia es de 15 años en todos los casos para estos dos tipos.
Como has podido ver, la cédula de habitabilidad es un documento primordial. ¿No sabes si tu vivienda la posee? Lo más probable es que sí pero, ante la duda, consúltalo en el ayuntamiento. Recuerda que también debe estar en vigencia para que puedas acceder a las operaciones inmobiliarias que hemos descrito anteriormente.